Alvarez de Sotomayor, Fernando
(1875 - 1960)

Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza nace en 1875 en Ferrol, ciudad en la que vive tan solo hasta los cuatro años, cuando tras la muerte del padre, la familia tiene que trasladarse a Castilla. Cursa el bachillerato en Toledo donde, además, recibe sus primeras clases de pintura en el estudio de José Gutiérrez. En 1892 se traslada a Madrid para comenzar los estudios de Derecho, que unos años después abandona para dedicarse únicamente a la pintura. Tras dos años de serias dificultades económicas, consigue una pensión  para completar su formación en la Escuela de Bellas Artes de Roma, a donde se traslada formando un trío con Chicharro y Benedito. Con este último viajará, además, a París y a Holanda, donde la pintura de Franz Haals, ejerce una decisoria influencia en el artista.

Tras su regreso a Madrid, en 1904, gana la segunda medalla en la Exposición nacional y dos años después obtiene la primera medalla con su afamada obra “Los abuelos”. Al poco tiempo se casa en La Coruña con la gallega Pilar de Castro. Ya entonces Sotomayor se ha convertido en un pintor de éxito y sus pinturas, y en especial sus retratos, hacían furor entre la burguesía del momento. En los años 1909 y 1910 obtiene nuevas medallas en las Exposiciones Internacionales de Munich, Buenos Aires y Lieja.

En 1908 acepa el puesto de profesor de Colorido y Composición en la escuela Superior de Bellas Artes de Santiago de Chile, de la que finalmente le hacen director. Siete años después regresa a Madrid, donde fija definitivamente su residencia, haciéndose además pintor oficial de la corte. En 1919 es nombrado subdirector del Museo del Prado y tres años después, sustituyendo al fallecido Beruete, toma el cargo de director hasta que se proclama la República y tiene que  abandonar el puesto.  Finalizada la Guerra Civil, volverá a tomar posesión del cargo, que no abandonará hasta su muerte, en 1960.

En su primera época, la pintura de Sotomayor se orienta hacia la temática mitológica, con la realización de grandes obras en la línea de Rubens, composiciones majestuosas de pinceladas atrevidas, influenciado sin duda por su reciente viaje a Holanda. Posteriormente cultiva unas obras de estética más sobria, en la línea del tenebrismo. El redescubrimiento de Galicia en 1905 marcarán definitivamente la orientación de su trayectoria artística, que se dirigirá más hacia la temática folclorista y al retrato de las gentes y las costumbres campesinas, aunque siempre bajo el prisma de una pintura complaciente y disfrazada de amabilidad, lejos de la reflexión. Técnicamente, se sitúa siempre bajo los parámetros academicistas. Sotomayor cultivó con enorme éxito el retrato, siendo su principal clientela la corte y su entorno y la sociedad aristocrática. Admirado por unos y repudiado por otros, Sotomayor manifestó públicamente durante toda su vida su rechazo absoluto y sin concesiones a las innovaciones plásticas que se iban produciendo durante el siglo XX, paralelamente a los nuevos tiempos.  A su reconocido espíritu reaccionario hay que distinguir, sin embargo, un formidable talento artístico y una destreza con los pinceles digna del mayor reconocimiento.