Chillida, Eduardo
(1924 - 2002)

Debido a una rotura de la rodilla siendo futbolista de la Real Sociedad de Fútbol Chillida se quita los guantes de portero para desnudar sus manos, moldear volúmenes y buscar espacios, culminando así su intensa vocación artística. Sus primeros dibujos los realiza en el Círculo de Bellas Artes de Madrid después de abandonar la carrera de Arquitectura. Están hechos con la mano izquierda a pesar de ser diestro, para, según él, no condicionar la resolución figurativa a la habilidad física. Sin embargo no será hasta su llegada a París cuando realice sus primeras esculturas en yeso, tal vez influenciado por las formas arcaicas de la escultura griega en el Museo del Louvre. Su extensísimo trabajo- en madera, mármol, alabastro, cemento, terracota y sobre todo hierro- dialoga con el entorno y los espacios abiertos, hasta convertirse en ocasiones en auténticos emblemas urbanos. Chillida recibió infinidad de condecoraciones a lo largo de su vida y es sobre todo a partir de los años 80 cuando su obra alcanza un merecido reconocimiento nacional e internacional. A pesar de todo ello hasta sus últimos días se siguió definiendo como “un solitario, un solitario con Pili”, su mujer, que tanto le ayudó a culminar en 2000 el gran sueño de inaugurar el Chillida-Leku, en Hernani, un gran museo antológico de su obra al aire libre.