Alejandro Muñoz nace en La Coruña, en 1971. Su formación académica se inicia en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, donde obtiene la especialidad de Técnicas de Volumen. Su interés por nuevas experiencias de aprendizaje le lleva a Barcelona, en 1997, donde reside una larga temporada en la que lleva a cabo algunas exposiciones interesantes, como la celebrada en la Sala de Arte Joven de la Generalitat de Cataluña, o la muestra efectuada en la Sala La Caixa de la Ciudad Condal. Desde que en 1992 realizara la primera muestra oficial de su obra, Jano Muñoz a llevado a cabo numerosas exposiciones colectivas e individuales en diversas ciudades gallegas, Madrid y Barcelona, y su obra ha sido seleccionada en relevantes certámenes de pintura.Con un notable dominio de la técnica, Jano Muñoz se expresa con un lenguaje realista en el que se puede percibir un mayor interés hacia la profundización y estudio de la contemplación que por la imitación fidedigna de la realidad que observa. Con frecuencia, Muñoz escoge para sus obras parcelas de la realidad que le confieren un original sentido de la composición. Son fragmentos del entorno en el que vive, un entorno urbano y moderno, expresado con un lenguaje de particular serenidad, reflejado tanto en el tratamiento de las formas, como en la selección de los colores.
titulo // La unión de los individualistas
fecha_creacion // 1997
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 113 x 145
Este fragmento del puerto de La Coruña ha sido un reiterado objetivo para los pinceles de muchos artistas coruñeses de los últimos años. Jano Muñoz ha realizado varias versiones de este hermoso rincón de su ciudad, siendo posiblemente ésta, la más lograda. Es un paisaje urbano, de arquitecturas de ciudad, de la ciudad que Muñoz contempla en busca de espacios para llevarlos a sus telas, fragmentos de la realidad exterior susceptibles de ser interpretados con su particular modo de hacer sereno y amable. La estructuración sencilla y ordenada del plano inferior produce un fuerte y deliberado contraste con la zona superior en cuanto a la propuesta estética y al tratamiento matérico planteado. Se trata de un típico cielo norteño, de claridad colmada de nubes, sobre el que se ha impresionado una capa de colores y formas indefinidas, un estrato superpuesto a un cielo que parece haberse fragmentado en miles de pedazos, como un vidrio estallado. Sobre éste, asoma una sucesión de dibujos geométricos y líneas que se cruzan. A esto hay que añadir la densidad en la textura, provocada por una capa de preparación irregular que, quizás, transmita a su conjunto una cierta sensación de sobrecarga. El dibujo de las arquitecturas está realizado con extremada delicadeza. Lejos de cualquier afectación, parece que el pincel, en vez de siluetear las formas, las acariciara. La luz ambiental del cielo gris queda reflejada en las tonalidades de las casas y el puerto. Son colores atemperados, como si sobre ellos se extendiera un velo de plata grisácea, el color de su ciudad natal. El autor se interesa en extraer la armonía contenida en la realidad exterior, una armonía presente en una dimensión espacial que escapa a la vista.
LITERATURA.
Cat. exposición 80 años/800 artistas coruñeses. Ed. FMJJ, dic. 2008 (ilustrado)