Nóvoa, Leopoldo
(1919 - 2012)

Hijo de diplomático uruguayo y de madre gallega, el pontevedrés Leopoldo Nóvoa García vive una infancia marcada por el exilio, primero en Argentina, a donde se traslada a los siete años, y después a Uruguay, a los diecinueve, cuando acaba de estallar la contienda civil en España. Allí comienza los estudios de Arquitectura y, más tarde, de Derecho. Pero realmente su futuro se determina cuando conoce a Torres García, en Montevideo, con motivo de la edición de la revista APEX, fundada por Nóvoa en colaboración con otros dos amigos. A través de esta publicación contacta también a Juan C. Onetti. Tanto éste como Torres García ejercerán una enorme y grata influencia en sus comienzos artísticos.En 1953 realiza su primera exposición en Buenos Aires, auspiciado por su compatriota Luis Seoane. En esta época lleva a cabo la ejecución de murales de gran interés en diversas ciudades latinoamericanas.En 1965 se traslada a París, donde reside diez años. Allí obtiene fructíferos resultados en cuanto a su propia realización personal y artística, alcanzando una nueva dimensión de la profundidad del arte y modificando substancialmente su lenguaje plástico. A mediados de la década de los setenta retorna a Galicia, y a partir de entonces su vida transcurre entre el taller de París y el de la aldea gallega de Armenteira, sacros lugares para un artista que encuentra en ellos los únicos refugios de un existir tocado por el desaliento.La plástica de Nóvoa persigue una reconciliación entre realidad y sentimiento a través de la armonía entre diferentes lenguajes. El artista rechaza el espacio ilusorio de la pintura convencional para sustituirlo por una nueva dimensión que trascienda el tiempo, el lienzo y el espacio. Con referencias directas al italiano Lucio Fontana, la plástica de Nóvoa es una transgresión a los métodos formales tradicionales. Su obra sólo puede entenderse analizando los tres elementos esenciales que estructuran sus obras: espacio, materia y luz.