Considerado uno de los artistas de mayor relevancia dentro del movimiento renovador de la plástica gallega de los ochenta, Antón Patiño Pérez, nacido en Monforte de Lemos, Lugo, en 1957, reside desde su adolescencia en Vigo, donde comienza a desarrollar sus primeras manifestaciones artísticas con nuevos lenguajes expresivos que canaliza, en un primer momento, a través del diseño gráfico, la ilustración y las artes visuales, en participación con el Colectivo da Imaxe y el grupo de Comunicación Poética Rompente.A partir de entonces su vida transcurre entre Madrid, donde completa su formación en la Facultad de Bellas Artes, y Galicia. Tras una breve estancia en Nueva York, donde toma contacto con el movimiento expresionista abstracto americano, que le produce una profunda impresión, regresa a Vigo para participar activamente en el movimiento renovador Atlántica, punto de partida para la regeneración y proyección de la plástica gallega mas allá de nuestras fronteras. Tras las muestras con el grupo Atlántica, a principios de los ochenta, en Baiona y Madrid, la obra de Antón Patiño ha sido expuesta en numerosas ocasiones por toda la geografía española y en numerosos países como Alemania, Holanda, Japón, EEUU y Francia, entre otros. Son también destacables sus repetidas participaciones en las más afamadas ferias internacionales de vanguardia, como las de Munich, Basilea, Colonia o Madrid.Si la conceptualidad domina sus primeras manifestaciones artísticas, el proceso evolutivo en la plástica de Antón Patiño se consolida en la década de los ochenta con propuestas que, en obras seriadas y de grandes formatos, reivindica el lenguaje expresionista, de figuración bravía y primitivista, potenciada con violentos contrastes cromáticos. Paulatinamente, sus planteamientos formales irán atemperándose, desnudando sus obras a favor de amplios campos matéricos, manchas cromáticas y esquemas compositivos limpios que poco a poco van poblándose de signos, códigos, huellas y símbolos que responden a una racionalización de su mundo interior.
titulo // Boa 4
fecha_creacion // 1998
tecnica // Mixta sobre lienzo
dimensiones // 73 x 60
Respondiendo a una intencionalidad dirigida al raciocinio, característica fundamental en la producción de Patiño, Boa 4 es una obra realizada al margen de la belleza, incluso de la seducción indirecta. Presenta, por el contrario, una configuración de trazos impulsivos y severos que llegan a rozar la agresividad. Sobre un fondo monocromo azulado, a modo de espacio neutro, es autor reúne una serie de iconos, símbolos referenciales y metafóricos, grafismos extraídos de su particular repertorio formal que potencia con el contraste de los colores blanco, rojo y negro.Los juegos texturales, matéricos y gestuales presentes en otras obras del autor, dejan paso en este caso a la pureza del símbolo, a la contraseña expuesta en vivo, desnuda, sin aderezos plásticos, como respondiendo a un impulso derivado de la propia conciencia o razón, a modo de grafía psicoanalítica. Patiño se expresa en un lenguaje codificado que, siendo su desciframiento harto difícil para el espectador, lo cierto es que con su caligrafía pictórica vierte al exterior su mundo personal, razonado siempre con un discurso coherente, reflexivo e inteligente.
titulo // El Pesa-nervios
fecha_creacion // 1997
tecnica // Mixta sobre lienzo
dimensiones // 50 x 100
Aunque es con el gran formato el medio a través del cual Patiño se expresa con mayor comodidad, las obras de menores dimensiones, como este Pesanervios pueden resultar un resumen de algunos de los conceptos que gravitan en torno al mundo personal de Patiño. Como es habitual en él, esos conceptos se expresan a través de ciertos elementos, símbolos o iconos que aluden a un pasado y un presente. Es el proceso de creación de las obras de Patiño, que se resuelve en base a una secuencia estratigráfica que comienza sobre los cimientos de la memoria de los antepasados que más le han interesado y de los que dice sentirse deudor. Sobre esos cimientos de la memoria cultural histórica, Patiño levanta una estructura moderna que alude a su concepto filosófico de la vida actual. En la obra se dan cita algunos de los emblemas que determinan sus inquietudes personales, frecuentemente también colectivas, convertidos ya en constantes gráficas de sus obras. Son iconos metafóricos, como la imagen digitalizada o la figura alámbrica, el pesa-nervios, que alude a la inmersión de la sociedad moderna en el caótico mundo de las prisas y la angustia. Es una figura basada en el Pesanervios de Antonin Artaud, ese librito que causó conmoción en el Paris de los 40, en el que se reclama la postura del artista como un explorador de sí mismo y un censurador de las heridas de la civilización por las que se ahoga el hombre moderno.
EXPOSICIONES:
Théorie du visage. Antón Patiño, Galerie Zographia, 1997
El Espejo Que Huye. Obras Colección FMJJ; Centro Cultural Palacio Revillagigedo, FMJJ-Cajastur, Gijón, 2009
LITERATURA:
David Barro, Cat. El Espejo Que Huye. Obras Colección FMJJ, Ed.FMJJ-Cajastur
titulo // S/T
fecha_creacion // 1985
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 162 x 130
Antón Patiño está considerado como uno de los principales renovadores del panorama plástico gallego de la década de los 80 a través de su participación en el movimiento Atlántica y con toda su reconocida e influyente trayectoria posterior. Los trabajos que realizó en la primera mitad de los años 80 poseen una fuerte base conceptual interpretada desde un estilo expresionista muy personal, lleno de vitalidad y con iniscencias primitivas. Las influencias son variadas y van desde el expresionismo abstracto estadounidense, que había tenido la oportunidad de conocer de primera mano durante un viaje a Nueva York, hasta el expresionismo alemán pasando por el estilo de algunos artistas contemporáneos españoles. La obra Sin título (óleo sobre lienzo, 162x130 cm., 1985) responde a las características anteriormente mencionadas. En ella, Patiño elabora una composición con un fondo verdoso azulado indefinido sobre el que coloca dos representaciones figurativas, una de ellas un artilugio de madera en forma de trípode, y la otra una figura cuyos extremos son dos cabezas de forma antropomorfa. Los objetos y figuras poseen unos perfiles muy marcados, muy definidos en negro o rojo, uno de los colores predilectos del artista en este momento junto con el amarillo que también aparece en la obra, lo que las hace resaltar sobre la neutralidad del fondo. Las tonalidades vivas son muy características de este autor en la época de ejecución de la obra analizada, propiciando que los colores se conviertan en elementos estructurales de la composición, resaltando como elementos fundamentales de la misma. A esto hay que sumar la importancia de la vitalidad de los trazos, siempre cargados de materia, lo que aporta todavía más expresividad a la pieza. La temática de este período dentro de la producción del pintor lucense está muy vinculada al arte primitivo, incluyendo en las obras símbolos de su universo personal, relacionados con el subconsciente, cercanos a la naturaleza y a la mitología galaica. La evocación de la figura humana, muy esquemática, es uno de los motivos más repetidos en esta etapa junto a los elementos vegetales o a las máscaras, y siempre ocupando superficies pictóricas de gran formato