Nacido un año después del inicio del siglo XX, en Silleda (Pontevedra), y muerto un año antes de que este finalizara, Manuel Colmeiro es pintor de reconocido prestigio internacional. Su vida transcurre entre Galicia y Buenos Aires, primero como emigrante, en 1917, y después como exiliado, a donde huye cuando estalla la Guerra Civil. En 1950 se traslada a París, donde permanece gran parte de su vida, siendo considerado como uno de los integrantes de la Escuela de Pintores Españoles en París, con un prestigio se sobra merecido. A pesar de sus largas estancias fuera de Galicia, en el interior de Colmeiro nunca deja de latir el recuerdo de la aldea gallega, que refleja de forma infatigable en sus pinturas, recreando temas relacionados con la vida campesina, ferias y fiestas populares que pinta desde la lejanía con fiel ternura. Colmeiro es protagonista, junto a Manuel Torres, Arturo Souto, Laxeiro, Maside y Seoane, del grupo de Os renovadores, considerado como el primer movimiento de carácter rupturista con respecto a las viejas concepciones plásticas y la pintura de sabor tradicional. Colmeiro pinta siempre con el alma. Durante toda su larga vida trabaja incansablemente en unos cuadros cargados de emotividad y conciencia, cualidades que compagina con un gran dominio de la técnica, un rico sentido colorista y unos planteamientos compositivos cargados de personalidad.
titulo // Paisaje
fecha_creacion //
tecnica // Óleo sobre tabla
dimensiones // 25 x 31
Este paisaje de pequeño formato nos muestra el rincón de un frondoso bosque en el que aparece la figura de una mujer, y más allá, oculto entre los arboles, un animal que bien pudiera ser una vaca o un buey. No importa. Toda la composición es de una gran simplificación. Lo accesorio o anecdótico desaparece para captar únicamente la expresividad del color y la esencia de una luz reflejada en una esquematizada vegetación que parece palpitar entre sus pinceles. La pincelada es muy suelta, de trazos cortos, seguros y ágiles que se combinan en direcciones contrapuestas, superponiendo el fondo a los volúmenes, en un claro ejemplo de dominio del óleo, técnica a la que fue fiel a lo largo de toda su trayectoria profesional. La paleta de colores es corta. Predominan los tonos fríos, verdes y azules subyacentes, contrastados puntualmente con algún rojo. Esta escasez de colores se ve compensada con la gran variedad de tonalidades que consigue de cada uno de ellos. Azules matizados con amarillos y ocres, que dan lugar a multitud de verdes, transmitiendo una gran frescura a toda la composición.
EXPOSICIONES:
-Da árbore á cadeira-. Cidade da cultura. Xunta de Galicia, abril-noviembre 2017
titulo // Las Tres Gracias
fecha_creacion // 1963
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 65 x 50
Esta obra es una versión de las Tres Gracias, las Cárites, las tres hijas de Zeus y de Hera, la representación del esplendor, la alegría y la prosperidad, las dispensadoras de la belleza que, según el mito griego, alegran la vida y protegen las artes. Las tres gracias es un tema que Colmeiro desarrolla con frecuencia durante la década de los sesenta. El pintor retoma la figura femenina que, a partir de ahora, protagonizará gran parte de su iconografía. Las líneas de las figuras se tornan imprecisas y sus formas, vaporosas y melancólicas, emergen de un fondo que se abstrae con fluidez en campos de color. Las raíces galaicas se manifiestan con más evidencia a través de las tonalidades, alternando la calidez y alegría de los amarillos y rojos con la frialdad de los azules y la inmensa gama de verdes húmedos.
LITERATURA:
Manuel Colmeiro Exposición antológica Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (MEAC), 1983 (repr. P. 87)
Con Mirada Propia, Palacio Municipal Exposiciones Kiosko Alfonso, A Coruña, 2007
titulo // Lavandeiras
fecha_creacion // 1968
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 146 x 116
Desde que en 1950 se instala en Paris, Colmeiro intensifica los contactos regulares con Galicia, y su repertorio iconográfico comienza a poblarse de feiras, pescadores y escenas campesinas. La figura femenina se convierte en una constante en sus obras y es representada, con rotundidad volumétrica, en sus tareas domésticas. A partir de la década de los sesenta incorpora el tema de las lavandeiras. La presente obra resulta extraordinaria por la confrontación propiciada entre el paisaje del fondo, que se abstrae entre los ritmos suaves y ondeantes de verdes, azules y amarillos –un colorido evocador de la paleta fauve- y la armonía de las figuras. Desde Paris, Colmeiro atrapa el aire gallego con sus pinceles y la obra parece rezumar la humedad de los campos de la aldea pontevedresa de Santa Fiz de Magride.
ESPOSICIONES:
Manuel Colmeiro. Museo Bellas Artes a Coruña, Xunta de Galicia, 2014