Aunque nacida en La Coruña, donde inicia su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios, Mª Antonia Dans vive la mayor parte de su vida en Madrid, a donde se traslada de joven para recibir clases de pintura en el Circulo de Bellas Artes y la Escuela de San Fernando. Al fijar allí su residencia, la pintora se llevará consigo los paisajes de Oza de los Ríos, el pueblo que la vio nacer y que tantas veces llevaría después a sus lienzos. Mº Antonia pronto consigue importantes premios y galardones, así como bolsas de viaje de los Ministerios de Educación Nacional y de Asuntos Exteriores. Una de ellas, concedida por la Fundación Juan March, le permite ampliar sus conocimientos en Italia. Posteriormente es invitada por el Gobierno español a exponer en París, donde el Museo de Arte Contemporáneo le concede la Medalla de la Villa. También en la capital francesa tiene la ocasión de estudiar directamente los colores del lenguaje impresionista por los que se siente fuertemente seducida. La pintura de Mº Antonia Dans es intencionadamente ingenuista. La artista busca la simplificación de las líneas, llegando incluso a un falseamiento de la perspectiva, que imprime a sus obras una sustancial espontaneidad. El colorismo contrastado y el efectismo visual son los ingredientes fundamentales de su pintura. La artista busca las referencias argumentales de sus obras en los paisajes de su tierra natal y en el trabajo de sus gentes: del mar y del campo. En una época que privilegia el arte con significación trascendente, Mº Antonia Dans se impone con una pintura en la que solo pretende transmitir alegría.
titulo // Camino del molino
fecha_creacion // ca. 1982
tecnica // Ceras sobre papel adherido a tabla
dimensiones // 50 x 70
Cuando Mº Antonia Dans, todavía joven, se traslada a vivir a Madrid, se lleva en la maleta el recuerdo imborrable de su tierra cubierta de campos de labranza. En esta obra nos da ejemplo de ello. Con una ingenua concepción en el diseño de la estructura, la artista dispone unas tierras de trabajo en un primer plano, sobre un fondo azul, en el que se fusionan montañas y cielo. No hay espacio medio en la composición. El impacto visual esta provocado por el contraste entre proximidad y lejanía y por la reacción que producen el amarillo y el azul, protagonistas de la paleta cromática. El dibujo esta tratado con dulce candidez. Los colores son trazos de cera que la pintora funde formando expresivas manchas cromáticas de gracia inconfundible.
LITERATURA:
Cat. exposición 80 años/800 artistas coruñeses. Ed. FMJJ, dic. 2008 (ilustrado)
titulo // Marina
fecha_creacion // 1964
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 70 x 100
Espléndida obra de Mº Antonia Dans interpretando un puerto de su tierra gallega en el momento del anochecer, cuando tan solo un vestigio de luz azul, mas allá de las montañas, permite contemplar las sombras de los barcos sobre un mar que, pocos minutos después, será íntegramente cubierto con la propia sombra de la noche. Con un lenguaje próximo el neoexpresionismo, Mº Antonia Dans desarrolla la obra haciendo una sublimación de lo pictórico, en perjuicio de lo dibujístico. La estructuración de la composición no concede tanta importancia a la construcción espacial como al ordenamiento visual de un mosaico de colores. Son tonalidades nocturnas, gama de rojos, azules y verdes en amistoso contraste. Igualmente, las formas se reducen a unos trazos elementales. Hay un claro desinterés por la representación del modelado, que se limita a sugerir el volumen mediante el empleo de colores moderadamente contrastados. La obra exhibe con grandeza el sello ingenuista de Mº Antonia Dans. La pintora explota todas las posibilidades a su alcance para potenciar esa sensación de espontaneidad y expresividad que caracteriza su pintura, como son el empleo de gruesos contornos sobre un dibujo elemental de trazos redondeados y simples, la aplicación de colores aparentemente planos y dulcemente confrontados, o la falta de perspectivas y recursos técnicos espaciales. Incluso técnicamente, la obtención final de una capa pictórica espesa y grumosa, sin apenas huellas de pinceladas, como si hubiera sido realizada con esmerada lentitud, incrementa la sensación de candor de la que nos hace participes su autora.
EXPOSICIONES:
- Mulleres no silencio. De Maruja Mallo a Angela de la Cruz. Marco, Vigo. Octubre,16- abril,17