El escultor Cristino Mallo (Tui, Pontevedra, 1905) a pesar de ser oriundo de Galicia apenas tuvo vinculación con esta tierra y recorrió varias ciudades españolas antes de fijar su residencia en Madrid. Hermano de la pintora Maruja Mallo, su formación artística comenzó en Avilés, donde acudió a la Escuela de Artes y Oficios. Posteriormente, en 1923, comenzó a asistir a clases a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue instruido por Capuz o Mateo Inuria, entre otros. En este período se sintió atraído por el dibujo y el modelado, hasta decantarse por la escultura, disciplina en la que lograría una reconocida trayectoria trabajando siempre sobre la figuración y recreando temas cotidianos. Una vez asentado en la capital, comienza a participar en tertulias de intelectuales en las que contacta con los poetas de la Generación del 27 y otras personalidades como Eugenio D`Ors, Ortega y Gasset, Valle-Inclán, Unamuno, García Lorca, Salvador Dalí o Camilo José Cela, entre otros. Sin embargo, en 1935 debe trasladarse a Salamanca por motivos laborales para convertirse en profesor de la Escuela de Artes y Oficios, lo que le ofrece la oportunidad de vincularse a escultores como Montagurt y Macías. Durante la Guerra Civil fue combatiente en las filas republicanas y miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, compromiso que se saldaría con una condena en prisión durante ocho meses y la pérdida de su plaza de profesor. Tras la contienda, asienta su residencia definitivamente en Madrid y se dedica a la creación artística, celebrando su primera exposición en 1947, con la que consigue una gran acogida tanto a nivel nacional como internacional, principalmente en Italia. Poco a poco retoma la participación en tertulias en lugares como el Café Gijón, donde se encuentra con Arias, Redondela, San José o Grandío, aunque su actitud ante el ambiente cultural que le rodeaba se convierte en escéptica y crítica. Su repercusión y prestigio artístico continuará a lo largo de todos estos años y entre 1966 y 1972 retorna a la docencia como profesor de modelado de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. La trayectoria de Mallo ha merecido reconocidos galardones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes, el Premio Nacional de Escultura o el nombramiento como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Asimismo, su obra se puede contemplar en colecciones como la de la Fundación Caixa Galicia o la Colección Caixanova, entre otras.
titulo // Dama del sombrero
fecha_creacion // 1972
tecnica // Bronce
dimensiones // 47 x 33
La larga y prolífica trayectoria escultórica de Cristino Mallo se vincula con la representación figurativa y podría clasificarse en dos etapas. En la primera, el autor elabora figuras a tamaño natural y con un gran realismo; en la segunda, realiza piezas de pequeño formato con gran capacidad expresiva y referencias a una temática popular y cotidiana. La sencillez formal caracteriza las piezas de Mallo, independientemente del material que emplee para realizarlas, en las que destaca el trabajo de modelado, a través del cual apenas insinúa los detalles, aportando un aire de atemporalidad a las obras y alejándose del academicismo que pervivió en la escultura española durante buena parte del siglo XX. La obra Dama del sombrero (bronce, 47x33 cm., 1972) representa una cabeza de mujer con el pelo recogido en un moño bajo y tocada con un sombrero de tendencia naturalista y con un modelado inacabado y ligero, que le imprime a la figura un aire de modernidad. Esta obra pertenece a la segunda etapa de la carrera de Mallo, en la que realizó obras de pequeño formato en bronce con las que retrataba su entorno más inmediato, incluidos las personas que le sirvieron de modelos para sus creaciones, la cotidianidad y la temática popular, pero alejándose de lo más manido, de la ostentación y los preceptos académicos y del costumbrismo. Destaca la representación de retratos femeninos sobre manera, como el que nos ocupa, que protagonizaron la década de los años 70. En cuanto a la utilización del bronce, éste se convierte en el material favorito del artista porque aunque había utilizado otros, con él conseguía el efecto naturalista que perseguía para su obra. Así definía Mallo su relación con este material: “Utilicé todos los materiales, pero mi preferido es el bronce porque tiene mayor espontaneidad. Con los demás se pierde el tacto inicial al tener que hacer la escultura primero en barro o cera e luego pasarla; el bronce conserva todo el primer impulso". Las esculturas de Mallo se definen por la renuncia a la estridencia y por una apuesta por la humildad y la búsqueda de la intemporalidad. Así, como indica la especialista Pilar Corredoira, el artista trabajó sobre las concepciones clásicas desde un punto de vista universal, buscando en su retratos humanos una expresión que desplegase los sentimientos más íntimos. La fecha de ejecución de Dama del sombrero coincide con la etapa de plenitud del escultor, tan sólo un año antes había participado en la Exposition Internationale de Sculpture Contemporaine, en el Museo Rodin de París y en otra muestra en el pabellón español en la Feria Internacional de nueva York. Asimismo, 1972 es el último año en el que el autor ejerce como docente en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.
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