Nacido en Pontevedra, en 1942, Manuel Ruibal Ruibal es un modelo de artista vocacional con una infancia marcada por la escasez de recursos económicos y unas duras contrariedades familiares. Habiendo tenido como única referencia artística un almanaque con reproducciones de obras impresionistas, el niño Manuel Ruibal fue siguiendo como pudo su propio instinto vital encaminado a la búsqueda de la expresión a través del color proyectado en un lienzo. Sesenta años más tarde Ruibal en un artista querido que, con una fructífera trayectoria a sus espaldas llena de importantes acontecimientos y experiencias plásticas, dentro y fuera de España, ha vuelto a sus raíces rurales gallegas con un reconocimiento de sobra merecido, donde continua entregado a la pintura. A los diecinueve años se marcha a Madrid sin otro equipaje que un montón de ilusiones encaminadas a la búsqueda de nuevos horizontes artísticos. Admirado, descubrirá la Historia de la Pintura Clásica en el Museo del Prado, así como las nuevas propuestas plásticas del vanguardista Grupo El Paso, por el que se sintió fuertemente seducido.Posteriormente su interés por nuevos horizontes le llevará a París, y más tarde a Suiza, Roma y Milán, aprendiendo instintivamente todo cuanto ve. Sus planteamientos formales se dirigen a una síntesis cada vez mayor de las formas y manchas de color, introduciéndose en el estudio de una abstracción basada en un lenguaje próximo al informalismo gestual, aunque mucho más atemperado que el desarrollado por la corriente americana, de la que tantos creadores bebieron en aquel momento de renovación para la plástica gallega. La década de los ochenta se inicia con su participación en varias muestras del colectivo Atlántica. Ruibal viaja y expone en diversos países. Se instala en Mallorca y, más tarde, en Nueva York, hasta su regreso definitivo a Galicia, a principios de los noventa. Su pintura, que no abandona nunca el estudio de la síntesis de las formas, ha ido derivando hacia composiciones más ligeras, casi etéreas, de manchas rítmicas y bellas que parecen flotar sobre unos fondos neutros.
titulo // Paisaje
fecha_creacion // ca. 1980
tecnica // Óleo sobre lienzo
dimensiones // 65 x 80
Por el planteamiento compositivo basado en una gran esfera que rebasa los limites espaciales del lienzo, la obra nos evoca un paisaje cósmico, como si fuera una luna o, quizás, un globo terrestre en el que se desarrolla el espectáculo plástico. Mas que una manifestación de pintura, parece que Ruibal quisiera hacer solamente una sugerencia, una narración tan solo insinuada. Tal es la sensación de levedad que trasmite la obra. Unos grafismos esquematizados en forma de trazos negros, a modo de signos, de gestos esbozados y libres, aparecen acompañados por manchas de tonalidades translúcidas, con los colores primarios, azul, magenta y amarillo, como si fueran salpicaduras vaporosas que flotaran sobre un fondo neutro de tonalidad grisácea. Es una referencia a la belleza incorpórea, a la levedad, al intimismo. Un paisaje solitario sostenido por el ritmo atenuado de unas notas musicales que fluyen por un escenario ideal e imaginario.
EXPOSICIONES:
Afluentes, A figuración na arte galega desde os anos setenta I. David Barro. Centro Torrente Ballester, Ferrol; Novacaixagalicia Lugo; Café Moderno, Pontevedra. 2013