José María Sicilia (Madrid, 1955) inició los estudios de Bellas Artes en su ciudad natal, aunque pronto los abandonaría para trasladarse a París. La capital francesa le ofrecerá la oportunidad de celebrar allí sus dos primeras exposiciones individuales en 1982 y 1983 para después regresar a Madrid y mostrar su producción en la galería Vijande. Su estilo pictórico se vincula a un neoexpresionismo en el que los trazos violentos y el empleo de gran cantidad de materia son sus denominadores comunes. Junto a su colega Miguel Ángel Campano visitarán el Bois de Boulogne, la Bastilla o Aligre parisinos donde se dedicará a recrear las vistas agrupadas en series e imágenes de objetos cotidianos que desprenden una gran fuerza visual y concediendo una mayor importancia al tratamiento de las texturas. El trabajo de Sicilia pronto empieza a ser reconocido a nivel nacional e internacional por lo que tiene la oportunidad de trasladarse a Nueva York en 1985 para organizar una exposición en la galería Blum Helman, donde da un giro a su producción apostando por la búsqueda de la esencia pictórica desde un punto de vista abstracto en la que elimina cualquier referencia formal y que plasma en las series Tulipanes y Flores. La simplicidad de las formas le permite profundizar en los valores cromáticos y en las texturas hasta desembocar en una tendencia monocroma, trabajando principalmente sobre el blanco. Durante la década de los años 90 la estética simplificadora que influía sobre la gama cromática y las formas queda sugerida por el reflejo que la luz ejerce sobre la superficie, al tiempo que emplea nuevos materiales como la cera de las abejas en composiciones más complejas que traen de nuevo el color a una obra ya plenamente consagrada. En la actualidad, el autor alterna sus estancias entre su residencia mallorquina y su casa de París, en la que vive con su esposa con la que ha tenido dos hijos. La trayectoria de este autor, en la que no ha cesado su actividad expositiva, fue premiada con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1989. Asimismo, su obra se puede contemplar en importantes colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid); el Museo de Arte Contemporáneo (Burdeos) o el Museo Guggenheim (Nueva York).
titulo // La luz que se apaga
fecha_creacion // 2003
tecnica // Óleo y cera sobre tabla
dimensiones // 185 x 157
Protagonista indiscutible del florecimiento plástico que surge bajo el paraguas de la recién estrenada libertad cultural en los 80, José Mª Sicilia se mueve desde hace años en torno al estudio de la luz. Sicilia es un artista que explora obsesivamente cada una de las series o etapas que conforman su trayectoria artística. En la década de los 90 sus imágenes se sumergen literalmente en cera, originando unas obras de formas ambiguas atrapadas en materias semiopacas que consiguen un juego de sugerencias extraordinarias. Con el tiempo aquellas formas, con frecuencia motivos florales, que emergen hacia el exterior de la materia encáustica, se llenan de luz que alumbra unas flores gigantes, rojas, amarillas, rosas... matices asombrosos que la presencia del color negro nunca llega a apagar, naturalezas vivas delicadísimas que brotan insinuantes a partir de unos sólidos bloques de cera.
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